- La iglesia católica no acepta este tipo de representaciones reales de la pasión de Cristo.
Manila, Filipinas, a 6 de abril de 2023.-Mañana Viernes Santo, el penitente filipino Rubén Enaje, de 63 años, será clavado por trigésima cuarta vez en una cruz de madera, con la que emula la pasión de Cristo, luego que durante tres años se suspendió las crucifixiones con motivo del COVID-19.
Enaje arrastrará una pesada cruz de 37 kilos durante 2 kilómetros por las calles de San Pedro de Cutud, antes de que las palmas de sus manos sean atravesadas para ser crucificado.
«Ofreceré esto a las personas que se han visto afectadas por la Covid, y pido a nuestro Señor que esta enfermedad desaparezca de repente porque muchas personas han sufrido a causa de la pandemia», dijo Enaje en una entrevista en marzo con el medio Filipino News.
Las crucifixiones no cuentan con el visto bueno de la jerarquía católica, pero se han convertido en la cara más conocida de la Semana Santa filipina y atraen cada año a miles de turistas.
Con más de 90 millones de fieles, Filipinas es el país con más católicos de Asia -más del 80 % de su población- y el tercero del mundo, solo por detrás de Brasil y México.
La suspensión de los ritos y procesiones por la covid-19, en 2020 y 2021 de manera estricta y parcial en 2022, fue algo insólito en Filipinas desde la II Guerra Mundial, algo que ni siquiera sucedió durante los años que el dictador Ferdinand Marcos gobernó bajo la ley marcial (1972-81). (EFE)