Mérida, 13 de noviembre de 2019. Para el Ayuntamiento de Mérida es un orgullo contar con un grupo de mujeres como las encargadas del cultivo y cuidado de las plantas que se producen en el vivero municipal y que se dedican a embellecer Mérida, afirmó el alcalde Renán Barrera Concha durante una visita a ese lugar, donde convivió con las empleadas, conoció un poco más de sus trabajos, sus historias de vida y refrendó su compromiso de seguir trabajando para mejorar sus condiciones de vida.
Al verificar los avances que se han alcanzado en ese sitio, ubicado en el Periférico Norte, el munícipe señaló que impulsar el vivero municipal es parte de su compromiso con el medioambiente, al sembrar diversas especies y regresarle a la tierra lo mucho que nos aporta.
El edil constató las condiciones en que se encuentra este vivero, que además cuenta con personal especializado, en su mayoría mujeres, quienes se encargan del cuidado y atención de la flora.
Renán Barrera elogió su dedicación y profesionalismo, al mismo tiempo que señaló que gracias a su esfuerzo los ciudadanos y visitantes pueden disfrutar de las plantas ornamentales que adornan algunos puntos de la ciudad, así como la sombra que proporcionan los árboles, que mitigan el calor y producen oxígeno.
—Visitar el vivero municipal es idóneo para los amantes de la jardinería y me llena de orgullo llegar a este espacio y ver que la vegetación que adorna nuestras avenidas, parques y glorietas reciben el cuidado y amor de manos femeninas que además son muy creativas—expresó.
La responsable del vivero municipal, María Borges Puc, quien lleva 10 años trabajando en ese lugar, se manifestó sorprendida por la segunda visita de Renán Barrera, ya que ningún alcalde se había interesado tanto en la labor que se hace en ese sitio, dijo.
—Nos dio mucho gusto que el alcalde haya venido a visitarnos, la primera vez fue en su anterior administración—continuó. De todos los presidentes municipales que han pasado por el ayuntamiento solo él ha venido a supervisar nuestro trabajo, lo que nos demuestra que está interesado en nosotras y en cómo lo desempeñamos.
En su visita, Barrera Concha convivió con un grupo de empleadas, quienes le platicaron a detalle las labores que realizan en el vivero. Las trabajadoras obsequiaron al primer edil una maceta con plantas conocidas como caladia verde jaspeada y orejas de ratón.
Le explicamos al alcalde cómo sembramos una planta y los cuidados que se le deben de dar, además también le enseñamos cuáles son de sombra y cuáles de sol, indicó Borges Puc.
Informó que en el vivero trabajan 29 empleados en diferentes funciones.
—Una cuadrilla de once hombres se encarga de salir a sembrar y distribuir las plantas en los diferentes lugares de la ciudad. Aquí somos 11 mujeres que hacemos el trabajo de jardinería, poda y siembra de las plantas y los demás son hombres que nos apoyan para hacer algunas tareas que nosotras no podemos realizar—explicó.
Precisó que en el vivero hay unas 45 especies entre codelines, robelines, teléfonos, isoras, petuñas silvestres y enanas, adelfas, entre otras especies, abundó.
—El trabajo es duro, pero vale la pena porque es para mantener bonitas las calles, glorietas y avenidas de Mérida —manifestó Borges Puc.
—Estar aquí es un privilegio, creo que somos el departamento con mejor suerte, ya que estamos rodeados de naturaleza y tranquilidad. En ocasiones escuchamos música para motivarnos, el entorno hace que nuestra labor no parezca trabajo porque hacemos lo que nos gusta.
Además de hacer las labores diarias de plantar, acodar, podar y regar, las mujeres han logrado que el vivero tenga un escenario incomparable, ya que han reutilizado materiales como juegos infantiles, troncos de árboles, bloques y tubería de pvc para darles un uso de macetas y así embellecer el vivero.
Las plantas que se cultivan también sirven de donación para escuelas, albergues, dependencias municipales y para decorar algunos eventos institucionales del alcalde, mientras que los árboles maderables son los que se les entregan a los ciudadanos.
Finalmente, mencionó que la entrega de un árbol implica la responsabilidad de su cuidado, por eso se le pide a la ciudadanía que cuando lo reciba en donación le dedique el tiempo y el espacio que necesita para crecer, porque una planta o un árbol otorga amplios beneficios a las personas.