Mérida, Yucatán, 3 de abril de 2023 (ACOM).-El periódico de circulación nacional, Excelsior, difundió este día en su portada una nota en la que señala que “el caos se apodera de Chichén Itzá; hay saturación, extorsiones, explotación…”.
La información del Periódico de la Vida Nacional, con pase a la página 14 de interiores, menciona que el ambulantaje, acoso a turistas, explotación infantil, instalaciones rebasadas, tráfico de boletos y cobro de derecho de piso a comerciantes son algunos problemas que registra la zona arqueológica más visita del hemisferio.
En su edición, publica una fotografía en la que aparece un niño con el rostro borroso vendiendo artesanías. “En la zona arqueológica es común ver a niños que venden artesanías. También comerciantes acusan que deben pagar una cuota”.
El trabajo da cuenta que la zona, que en promedio atrae a 7,500 visitantes diarios y genera una derrama anual de 20 mil millones de pesos, incluso duplica la afluencia que Machu Picchu en Perú, tiene los mismos problemas que una microciudad: ambulantaje, vandalismo, acoso a turistas, desechos industriales, deforestación, lucrativos sindicatos de guías, tráfico de boletos, explotación laboral, explotación infantil y conflicto de tierras.
Ese medio indica que decenas de autobuses estacionados en un largo compás de espera, un estacionamiento congestionado y miles de visitantes que forman un cuello de botella en taquillas y torniquetes.
Precisa que el transporte público es limitado, que una persona tiene que esperar más de una hora. “En este lugar todo está rebasado: baños, estacionamientos, taquillas, puertas de acceso, ambulantaje, indigencia, corrupción y los servicios en general. El tiempo de funcionalidad del parador de acceso hace años concluyó”.
Indica que aunque el parador está bajo la administración de la oficina de Cultura adscrita al gobierno del estado de Yucatán es el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quien al final debe velar por la integridad de los visitantes e impedir la expansión de vicios añejos que hacen incómoda la experiencia para algunos turistas.
Este rotativo señala que hoy la Guardia Nacional debió hacerse presente al menos en el acceso principal por los conflictos sociales de ejidatarios, regidores del municipio de Tinum (donde está edificada la zona arqueológica) transportistas, comerciantes ambulantes y guías.
“Según un trabajador del sector “el ejido nos cobra 200 pesos para poder vender; no es tan malo, en Cancún me cobraban $500 a la semana para trabajar de albañil”.
El desorden, deforestación, ingresos clandestinos, explotación infantil, tráfico de boletos y usurpación de guiadores ha trascendido al punto que la autoridad federal se vio obligada a tratar de corregir las anomalías.
Pero esto provocó que grupos de interés, líderes de sindicatos de guías, dos regidores de Tinum, comisariados ejidales y transportistas rompieran el frágil orden al ver trastocados sus intereses de grupo.
“Como si se tratase de cualquier organización de ambulantes del centro de la Ciudad de México el mismo vicio se repite hasta Chichén Itzá: líderes que se enriquecen a costa de cobrar “permisos” para vender mercancías en las inmediaciones y dentro de la zona”.
“Lo mismo cobran que amenazan a quien se niega pagar su “derecho de piso”, no tienen ninguna regulación y sólo en la calzada de acceso de la carretera federal al parador se instalan unos 250 vendedores informales que le pagan al comisario ejidal 200 pesos mensuales, aunque en “temporada alta” la cuota tiende a subir”.
Este medio muestra el entorno obscuro de Chichén Itzá, la séptima maravilla del mundo, que deja mucho que desear.
Fuente: Acom